Érase una vez una mochila que bailaba mucho y cuando el dueño de la mochila le veía le regañaba.
Y otra vez le regañaba, más todavía, más, mucho más.
Un día se quedó quieta, pero solo para descansar y seguir más.
Definitivamente se quedó quietecita y antes de la escuela no eran sus amigos. Pero como se quedó quieta ya todos son sus amigos.
Un día vino un niño nuevo y al niño no le gustaban las mochilas y la mochila le preguntó al niño si quería ser su amiga. El niño le dijo que no.
La mochila se puso muy triste.
FIN.
AUTORA: SONIA.
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