Érase una vez una mariposa morada y rosa. Todos los días se apoyaba en mi ventana y era tan bella que yo la miraba.
Un día abrí la ventana y entró. La miré y le pregunté que si quería ser mi amiga.
La mariposa se puso a volar por mi habitación muy contenta.
Desde ese día todos los días entra, se apoya en mi cara y con sus suaves alas me despierta. Luego se va hasta el día siguiente.
Es mi despertador mariposa.
AUTORA: CARMEN.
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